10 noviembre, 2007

Primero rojo y luego... Gris

He perdido el sentido de la cuestión. El epicentro, el núcleo del por qué se esfumó todo esto... Lo perdí en un recuerdo olvidado, o en una sonrisa fugaz. Quizá en tus ojos cuando me miraban sin verme… Quería que todo fuera real. Que quisieras pasar el resto de tu vida sonriendo junto a la mía. Estando. Quería que en la brasa de la chimenea ardiera un fuego, alimentado por toda la madera que tenía. La usé, una y mil veces. Traté de que se encendiera. ¡Lo intenté, maldita sea! A pesar de la lluvia. A pesar de mis lágrimas… ¡No por favor, espera!. Aún no te vayas… Déjame terminar o nunca te diré que te quise y tal vez, por mucho mas tiempo, te quiera. Sé que pasará, se esfumará. Lo sé. Aunque yo no quiera. El sol sale cada mañana, y cada mañana me dice que no, que nunca me despertaré a tu lado. Nunca lo hice. Y me dice también que no me detenga… Tú no me conoces, te equivocas. No sabes quién hay dentro de mí, qué sentimiento. No te atreves a conocerlo. Cobardía o miedo. Ya da igual. Quizá soy yo la que no te quiere ya a mi lado… Espera… Ven. Deja que te diga Adiós. Tan solo eso. Adiós. Adiós. Aunque yo no quiera…