UN-i-DOS
Dibujo con mi dedo sobre el cielo la
curva ancha de tus caderas, el muslo izquierdo hasta los tobillos
finos, la suave línea de tus pechos. Relleno los vacíos con colores
y detalles dentro de mi mente y de pronto estás frente a mí,
sonriendo y mirándome como si fuese yo el irreal y te sorprendieras.
Abarco con mis manos todo tu cuerpo y veo cómo cierras los ojos y te
dejas sentir por mis caricias. Y te toco y te toco y te toco. Recorro
todo tu cuerpo sin pudor ni duda, porque es mi cuerpo. Mío. Me creo
con el derecho a acariciarlo cuando quiera y como quiera y verte
siempre receptiva a las palmas de mis manos resecas, a mi aliento en
tu cuello, a mi lengua y mis labios en tu piel. En tu piel. Solo a
mí. Porque eres mía. Tan mía como soy yo de ti. Tan mía que nadie
más que yo puede tocarte, porque no eres de esas manos extrañas ni
de esos ojos que te codician. Sino de mis ansias y mis defectos.
Porque nadie más que yo puede morderte. Nadie más que yo te agarra.
Nadie más ve tus enfados, tu risa espontánea sin sentido, tu gozo,
tus lágrimas, ni lee lo que sientes solo con mirarte a la cara.
Nadie más que yo puede cogerte en brazos y acurrucarse en tu pecho
oyendo el latir constante de tu corazón. Ese corazón que palmita
como el mío. Solo yo. Yo y solo yo... Yo junto a ti. Y me sentiré
en calma oliendo tu pelo, dejando pasar el tiempo tumbado a tu lado.
Viviendo la vida contigo. Esa vida dura, difícil y desesperante que
tanto me ha costado crear y que me da tantos momentos felices que
llenan mi alma y me completan. Yo estaré para todo y para ti.
Mírame. Siente mis manos en tu cuerpo, cómo te hacen vibrar, cómo
te sientes en casa cuando te toco, cuando te beso y soy parte de ti.
Como tú eres ya mi casa. Siente cómo ocupo esas partes huecas que
son ya mi espacio, el sitio mío donde vivo dentro de ti cuando
ocupas el sito tuyo donde vives dentro de mi. Solo yo agarraré tu
mano y caminaré a tu lado. Solo yo te amaré en cada etapa,
creciendo ambos, envejeciendo ambos y rellenando cada folio en blanco
del libro de nuestra vida. Porque ya no hay remedio. Yo ya soy tuyo y
tú ya eres mía. Mía y mía. Y yo sólo de ti.
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