26 enero, 2007

Dos más nadie son uno...


Dime. Quiero saber de ti. Lo que sea aunque parezca absurdo. Dime si te gustan los gatos. Te regalaría uno si lo quisieras. Dime quién te compró esa bufanda de colores; si te gusta el helado de chocolate, como a mí; si te has asomado a un acantilado y has sentido vértigo al pensar que podías volar. Pequeñas cosas que amenizan la vida. Detalles de un sueño y de una realidad. Dime qué dedo apoyas al escribir; con qué mano te tocas el pelo; si te gusta que te guiñen un ojo; si te chupas los labios cuando estás nerviosa. Me regalaron un coche rojo de pequeño. Me encanta. Jugaría con él horas. Dime si querrías jugar conmigo el resto de nuestras vidas. Dime si miras las nubes de vez en cuando; si te mueves mucho cuando duermes; si te ponen de mal humor las injusticias de las noticias de las 3. Yo me irrito cuando cocino. Te leería un libro. No permitiría que te quedaras sola. Pero me iría si tú me lo pidieras. Dime si hablas rápido; si miras directamente a los ojos; si te gusta que te toquen las orejas; si lloras en las películas de amor. Yo te daría un pañuelo y te abrazaría. Me reiría contigo. Tú de cualquier cosa. Yo de verte feliz. Dime si te has comprado algo que nunca te gustó; si finges estar bien cuando te necesitan; si coleccionas algo absurdo que te avergüenza. Yo no me reiría de ti. Te contaría cosas que nadie sabe. Porque sí. Y te abrazaría para sentirme seguro. Para oler tu pelo. Te necesitaría si no te conociera. Dime cuál crees que es tu defecto. Yo lo convertiría en tu mayor virtud. Me casaría contigo. Dime si te gusta el silencio; si aún tienes muñecas; si comes chucherías y te recuerdan a un parque cuando tenías 10 años; si te daría corte enseñarme las fotos de tu juventud. Quiero saber si te ruborizarías si te beso. Yo sí. Y sonreiría después. Mientras te miro y te acaricio tu mejilla. Tengo una cicatriz en el brazo. Te diría que te quiero. Dime si tienes cosquillas; si te gustan las novelas; si te pintas los labios; si cantas cuando te duchas. Odio el mar abierto, pero naufragaría contigo. Te daría la mano al pasear. Te abriría las puertas. Te miraría a escondidas. Dime si comes anchoas y cebolla cruda; si tienes abuela; si te regalaron de pequeña un peluche muy feo. A mí sí. Un gorila. Aún lo conservo y no sé por qué. Dime “Sí quiero”. Yo te prepararía un vaso de leche con miel cuando te resfriaras. Cuidaría de ti. Dime si te gusta viajar; si tienes miedo de la oscuridad; si tienes siempre las manos frías. Yo querría un futuro a tu lado. Debería haberte hablado cuando nos chocamos. Cuando se paró el mundo con tu mirada y me diste el libro del suelo. Cuando me sonreíste, debí haberte dicho “me llamo Roberto”. Supe que te recordaría el resto de mi vida cuando toqué tu mano al coger mi libro. Y que te amaría. Me quedé paralizado, mirando cómo te marchabas calle arriba. Dime: ¿Por qué volviste?. Y dime todo lo demás. Dímelo. Tengo un café para saberlo y toda una vida para descubrirlo. Y no tengo ninguna prisa.