03 mayo, 2006

El vuelo de Noa (2ª capitulo)

Mi padre asegura que en cuanto le miró a los ojos algo notó y ni tan siquiera le preguntó las cosas típicas en estos casos, como: dónde has estado, me tenías preocupado, qué ha pasado… Él la observó cerrar la puerta tras de sí, acarrear con las botellas hasta la mesa y desplomarse en uno de los sofás del salón. Gesto que imitó intuyendo que algo fuera de lo habitual en la vida de mi madre, era signo de que una calamidad se acercaba. Y se quedó mirándola entre las bolsas y cuando alcanzó a verle un ojo, ella le soltó de golpe y súper rápido:

-Eloy, estoy embarazada. Y de cuatro meses, lo que significa que vamos a ser padres. Y le he estado dando vueltas al asunto y he llegado a la conclusión de que es niña. No me pregunte por qué lo sé. Simplemente intuyo que es así. Y me parece triste que no hayamos pensado nunca en nombres para nuestros hijos, lo cual me parece lógico porque nunca habíamos hablado sobre el echo de tenerlos. Así que he decido que tenemos que pensar en uno y como tú eres un hortera con los nombres y yo una exigente y maniática, nunca nos pondremos de acuerdo. Propongo que lo decidamos a base de chupitos…

En serio. ¿Cuál sería la reacción ante ésto?. Sin duda después de tales numeritos, puedo asegurar que mi madre es única. Y a mi padre la salida que le quedó fue reírse, levantarse muy contento del sofá y besar a mi madre diciéndole: lo que tú digas. Porque pensó que con un hijo de por medio, lo demás no era importante…

Acto seguido, mi padre sacó dos vasos de chupito y mi madre las botellas, poniéndolas en fila una tras otra en la mesa. Se sirvieron el primero de ron y cada vez que terminaban de beber, decían a voz en grito un nombre, los dos a la vez, prometiendo no parar hasta que coincidieran los dos en uno solo. Quedó bien claro que en esto de preferencia de nombres no estaban muy sintonizados, pues fueron necesarias una botella de ron, una de vodka y una y media de wisky para llegar a la unanimidad de mi nombre. Eso sí, muchas risas entre medio, muchos nombres horribles, algunos absurdos y otros no tanto y, como no, una resaca de espanto, para que a punto del coma etílico los dos dijeran a la vez: NOA. Después se escuchó un ¡Hurraaaaa! y se abrazaron como pudieron. Y también como pudieron lo escribieron en un papel y se fueron a dormir la mona hasta al día siguiente. Menos mal que es sábado, pensó mi madre antes de tirarse en la cama encima de mi padre…

Así es, lo único exótico de mí, es mi nombre. Pero este relato le quitó toda la magia, ¿verdad?. Viene del hebreo y significa “descanso”.

(Continuará...)

2 Comments:

At 5/03/2006 2:04 p. m., Blogger Ivanof said...

Se me han saltado las lagrimas de la felicidad, en serio. Es genial. Sigue, por favor. Haz 500 partes mas!! Ah!!! Esta tarde voy a Amsterdam de nuevo. Gran resaca y algo mas, pero mas contento que una perdiz en primavera. Besos desde la ciudad LEGO!!

 
At 5/03/2006 5:56 p. m., Blogger Jacar said...

Me encanta, y teniendo en cuenta que a mi hermana le cambiaron por un botijo,la otra es hija de una vaca y yo soy de penalti...ya me hubiera gustado ver a mis padres poderlo discutir a chupitos...jejejejeje

 

Publicar un comentario

<< Home