20 abril, 2006

El vuelo de Noa (1º capítulo)

Me llamo Noa. Exótico ¿verdad? Pues es lo único en mi vida y a veces pienso que ni tan siquiera eso. Me lo pusieron un día de borrachera. Sí, sí. Ya sé que es muy triste, a mí me lo van a decir. Ese día, mi madre se acababa de enterar de que estaba embaraza y para entonces yo ya tenía cuatro meses. Se enteró en la consulta de su gran amiga y ginecóloga, Laura. Se quedó paralizada y ni tan siquiera oyó las risas de la doctora, que no se podía creer que llevara tanto tiempo embarazada sin darse cuenta. Unas risas muy lógicas por otra parte. Ella le aseguraba que esa tripa no eran gases ni retención de líquidos y que, ni haciendo deporte ni subiendo el índice nacional de polvos semanales, se bajaría. Hasta yo me hubiese reído si hubiese podido. Así que con el consejo de cuidados y espera de cinco meses más, salió del despacho de Laura sin rumbo y empezó a replantearse toda su vida. Muy típico. ¿Por qué se cae el mundo cuando a una le confirman que está embarazada?. Casada, con un trabajo estupendo, con un marido corriente que a pesar de todo la quería, con casa, coche y ¡¡hasta un perro!!. Vamos, una vida de lo más normal para que a tus 32 años, empieces a pensar en evolucionar tu vida y tu familia, sin contar con el índice de natalidad de tu perro, claro. Pero en fin, mi madre es así de catastrófica. Irene, “la portadora de la paz” según los griegos. Aunque no creo que ese día ella pensara que le iba aportar paz a mi padre…

Anduvo, como decía, durante horas por las hermosas calles de esa ciudad costera que tanto sofoco le provocaban. Y no dejó de mirar el mar pensando en qué hacer, cómo d
ecírselo a mi padre, cómo afrontar mi nacimiento y mi niñez. Y esas cosas que siempre preocupan. Mi madre lo describe como un momento íntimo en su vida, una fase de aceptación y toma de contacto. Un trompazo lo llamo yo, porque lejos de estar alegre por verme la cara y disfrutar de mí, se replanteó toda su vida y a sí misma. Fue la primera vez que dejó de ser joven para convertirse en alguien responsable para el resto de su vida. En ello influyó mucho mi padre, claro está. En todas las relaciones es sabido que siempre hay uno mucho más predispuesto a las catástrofes que el otro. Bien, pues ese era mi padre. Eloy, “elegido”. Sí, desde luego, elegido para ser mi padre. Aunque por muy elegido, no me imagino la cara que puso cuando vio entrar a su mujer por la puerta de casa con cuatro bolsas repletas de bebidas alcohólicas, después de estar esperándola, muy preocupado, durante siete horas en casa. Aseguraría que no habría nombre en la agenda telefónica que no hubiese marcado en el teléfono. Pero apareció sin problema, o bueno, más bien con uno de cuatro meses.

(Continuará...)

6 Comments:

At 4/21/2006 8:23 p. m., Blogger IHENEVA said...

Hola nena! Por favor, publica pronto la segunda parte del relato que me he quedado impaciente por saber cómo termina. Me gusta, me ha enganchado, mamar! ;-) publica prontito ehhh.1bezazoooo

 
At 4/22/2006 1:22 p. m., Blogger Mía said...

Genial, socia! Como los buenos escritores, enganchas desde la primera frase. Yo también estoy deseando leer la segunda parte, y la tercera y la cuarta... y si se convierte en una novela de mil páginas, mejor que mejor.
Confío mucho en tí, este blog tampoco hubiera nacido si no hubiese sido contigo. Nos va a dar vida...
Un besito nena, y no demores la siguiente publicación, estamos a la espera!

 
At 4/22/2006 5:39 p. m., Blogger Jacar said...

tengo ganas de saber como continua...tengo ganas de saber si esto es sino uno de tus sueños tan creativos...
By tu hermanito...

 
At 4/24/2006 4:11 p. m., Blogger Phantom said...

Interesantes derroteros puede tomar la cosa, si señor, veremos cómo se desarrolla la cosa. Felicitancias tardías por el blog, espero que sigáis el rumbo adecuado ;D

 
At 4/30/2006 4:09 p. m., Blogger Ivanof said...

Si te visualizo a traves de mis neuronas en desuso encuentro un poco de literatura argentina escondida entre maizales que danzan con el viento, encontrarme con tus escritos es mas imaginar que leer, una fotografia sintetizada en mil palabras... Parece que en estos dias Buenos Aires llego a mi vida sin saber el motivo, pero le doy la bienvenida, y a ti te alquilare a la musa que te da la genialidad. Ya hablaremos de la tarifa.

 
At 5/03/2006 1:27 a. m., Blogger Ada said...

Esa musa va y viene. Se pasea entre todos nosotros y me da rabia pedirle continuamente que se quede, cerca, muy cerca, y que me mire y se aleje... Y aunque frusta no llegar a más, por lo menos una parte de mí la expulso como mejor puedo. Algún día tendrás que dejar que te acompañe y me enseñes tu Buenos Aires... ¿Iremos navegando?

 

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