11 abril, 2006

Sin duda, por ella...


“De mí dependía la existencia de todo lo que nacía, moría o acontecía en las arenas inmóviles donde germinaban mis cuentos. Podía colocar en ellas lo que quisiera, bastaba pronunciar la palabra justa para darle vida”...
Y así es ella. Desde el primer momento en que la conocí, me cogió de la mano muy suave, despojándome de miedos e incertidumbres. Me enseñó hechizos para aprender a volar tumbada en la cama y me presentó un séquito entero de espíritus y fantasmas con los que crecí rodeada de secretos. Me enseñó a desmenuzar las cosas buenas de la vida, a encontrar lo mágico de cada instante y aprender a disfrutarlo. Me llevó a planetas imaginarios, llenos de personajes sacados de sus cuentos que me despertaban de noche solo para bailar. Me mostró lo imposible, y me hizo creer en ello. Me hizo gozar de cada una de sus palabras, con cada una de sus páginas... Con ella nació el verdadero placer de la lectura, y la emoción que desde entonces siento con la literatura. Me regaló el duende de la inspiración, ese pequeño trasto que se desliza entre mis pies a cada paso, y que a dia de hoy sigue sorprendiéndome en escaparates y farolas apagadas. Por eso no podía ser de otra forma el inicio de este pequeño blog que tanto supone para nosotras, volver a escribir, volver a disfrutar, y a sentir tanto tanto con la escritura como ella nos enseñó. Gracias, Isabel.