25 septiembre, 2007

Otras Cien palabras

No sé si os pasa, pero yo nunca logro evitar que los restos de ceniza manchen la madera del mueble del comedor. Culpa del feo vicio que adquirimos los que no tenemos la conciencia tranquila. Le miro vestirse, con mi cigarro en la mano, mientras le doy pequeñas caladas que alargan la espera. Se levanta con una media sonrisa y me da un beso. Me dice adiós y ni me molesto en contestar. Encima de la mesa ha dejado el dinero. Y así cada vez que nos vemos. Apago mi asco en el cenicero de la estantería, recorro el pasillo, me quito los tacones y me sumerjo en el agua tibia. Quizá si cierro fuerte los ojos, no me sienta una prostituta…

4 Comments:

At 9/26/2007 3:07 p. m., Blogger Phantom said...

Hum... me reservo el derecho de admisión de palabras que puedan salir de esta boquita. Parece que el momento ha llegado ¿no? Quizás, y eso espero, sólo sean retortijones de mis neuronas, pero por si acaso, sólo por si acaso... no tengo ni que decir nada ¿ok?

 
At 9/26/2007 4:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Impecable texto, a ver si hay suerte con el concurso.

 
At 9/27/2007 1:51 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hola, me ha gustado mucho. Igual puedes unirte a la iniciativa...

http://www.lacoctelera.com/sinperdon/post/2007/09/26/relatos-cadena-concurso-microrrelatos

 
At 9/28/2007 11:45 p. m., Blogger neralo said...

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